Resistencia y Rescatadores
Rescatadores
En este mundo en el que, por momentos, nos parece estar perdiendo la batalla contra el fanatismo y el odio, vale la pena conocer ejemplos de bondad, generosidad e incluso sacrificio personal en la defensa de otros seres humanos.
Fueron los menos, pero fueron un rayo de luz en medio de tanta oscuridad.
Algunos desde su rol diplomático, otros en forma mancomunada y organizada y otros a nivel estrictamente personal.
Dinamarca
Cuando los daneses tomaron conocimiento que los judíos iban a ser deportados, la reacción espontánea fue alertarlos y esconderlos, ayudándolos a llegar a la costa vecina y organizando viajes secretos por mar hasta Suecia.
Entre los rescatadores estaban la policía, los pescadores y miembros de organizaciones sociales y religiosas.
Durante tres semanas alrededor de 7200 judíos y unos 700 parientes no judíos, fueron trasladados a bordo de embarcaciones danesas.
Asimismo los daneses se preocuparon por los 464 judíos que no lograron salvar y fueron enviados a Terezín, Checoslovaquia, enviando paquetes con comida a sus compatriotas apresados.
Diplomáticos: visa a la vida
Los diplomáticos en los países ocupados gozaban de un status especial que les permitía brindar una significativa ayuda a los refugiados. Sin embargo, para poder hacerlo, debían actuar, en muchos casos, en contra de las órdenes de los países a los que representaban.
No obstante ello, algunos, como faros solitarios, guiaron a los refugiados ayudándoles a pasar las rocas mortales y los campos minados del Holocausto judío.
Raoul Wallenberg.
Raoul Wallenberg
Raoul Wallenberg realizó verdaderas hazañas en Budapest, Hungría, en 1944.
Perseguía convoyes de prisioneros y se enfrentaba con los guardianes húngaros y alemanes, incluyendo al mismo Adolf Eichmann, para liberar a judíos que él sostenía que se encontraban bajo protección sueca.
Emitió miles de “pases protectores” y escondió a unos 15.000 judíos en treinta y un “casas de protección” que él alquilaba bajo jurisdicción sueca. Se estima que logró salvar directa o indirectamente la vida de 100.000 personas.
“Nunca podré regresar a Estocolmo sin estar íntimamente convencido de que hice todo lo que un hombre podría haber hecho para salvar la mayor cantidad posible de judíos.”
Raoul Wallenberg
Judíos esperando en frente al consulado japonés para conseguir visas. Kaunas, Lituania.
Chiune (Sempo) Sugihara
Sugihara trabajaba como Cónsul de Japón en Lituania.
Al comprender que si esperaba más sería demasiado tarde, comenzó a emitir visas por su propia iniciativa mientras aguardaba recibir instrucciones de sus superiores. Cuando llegó la negativa de Tokio, Sugihara desobedeció y siguió sellando pasaportes.
Emitió miles de visas hasta que abandonó Lituania, incluso desde la ventana abierta de su tren ya en viaje.
Su insubordinación lo obligó a abandonar el servicio diplomático de su país.
“Probablemente desobedecí a mi gobierno, pero de no haberlo hecho, hubiera desobedecido a Dios.”
Chiune Sugihara
“Todo aquel que salva una vida, es como si hubiera salvado todo un universo.”
Ejemplos individuales
Los rescatadores les brindaron a las víctimas, además de su valerosa ayuda, la posibilidad de seguir creyendo en que las cualidades humanas y el amor al prójimo podían imponerse frente al adoctrinamiento.
Irena Sendler.
Irena Sendler
Al estallar la Segunda Guerra Mundial, Irena era una trabajadora social católica de veintinueve años, empleada en el Departamento de Acción Social de la municipalidad de Varsovia. Irena Sendler utilizó su puesto de trabajo para ayudar a los judíos cuando fueron obligados a trasladarse al gueto de la ciudad. Corriendo un enorme peligro y poniendo en riesgo su vida, Irena ideó formas de introducirse en el gueto y ayudar a los judíos de diversas maneras. Ayudó a muchos a salir clandestinamente del gueto y conseguirles escondites en la parte aria de la ciudad. Irena y sus compañeros consiguieron más de 3000 documentos falsos a los judíos encerrados en el gueto.
En 1942, cuando se funda el Consejo de Ayuda a los Judíos (Zegota), Irena se convirtió en una de sus principales activistas. La organización cuidó de miles de judíos que intentaban sobrevivir, ocultándolos, buscándoles escondites y pagando por su manutención y atención médica. Irena luego se dedicó a salvar bebés y niños judíos, sacándolos del gueto y ubicándolos en orfanatos e internados.
El 20 de octubre de 1943 Sendler fue descubierta y arrestada. Fue sentenciada a muerte y enviada a prisión, pero activistas clandestinos lograron sobornar a funcionarios para obtener su liberación. Su encuentro cercano con la muerte no la disuadió de continuar con su actividad hasta el fin de la guerra.
El 19 de octubre de 1965 se reconoció a Irena Sendler como Justa de las Naciones.
“No sé que es un judío. Nosotros sólo reconocemos seres humanos.”
Pastor André Trocmé, Chambon-sur-Lignon, Francia, donde 5000 judíos hallaron refugio
“Mi madre siempre me enseñó que Dios nos había creado a todos iguales. (...) Todos tienen derecho a vivir.”
Marie Szul, Polonia
“Te pido que te quedes con nosotros por mí, no por ti. Si te vas, me avergonzaré por el resto de mi vida de pertenecer a la raza humana”
Dr. Giovanni Passante, Italia
“Tuve que hacerlo por mí misma, para sentirme libre...”
Elizabeth Nancy van Stenhoven, Spender, Holanda
